miércoles, 21 de agosto de 2013

Efectos del aluminio de los alimentos en tu salud

Efectos del aluminio de los alimentos en tu salud
El aluminio es un metal abundante que se encuentra de manera natural en las aguas y tierras continentales. Está presente de forma natural en los alimentos, se adiciona a veces durante la elaboración de alimentos y también se puede incorporar a través de los utensilios de cocina y del material de envasado. La principal vía de exposición al aluminio es la alimentaria. El agua representa otra fuente aunque minoritaria. Otras fuentes son los productos farmacéuticos y los cosméticos.
La mayoría de los alimentos no elaborados contienen menos de 5 mg Al/kg. Las concentraciones más altas (entre 5 y 10 mg/kg), se encuentran en el pan y productos farináceos que son un grupo de alimentos ricos en hidratos de carbono, muy energéticos y ricos en vitaminas del complejo B, éstos son: 1) Cereales: trigo, centeno, cebada, maíz, arroz. 2) Tubérculos: patata, boniato. 3) Legumbres: lentejas, guisantes, judías o alubias, habas. También se encuentra en algunos vegetales (setas, espinacas, acelga, rábano, lechuga y maíz dulce), vísceras, mariscos y, especialmente, coco, especias, té y tisanas.


¿Cuáles son los efectos de los iones de aluminio sobre la salud?

El aluminio se distribuye por todos los tejidos, especialmente en huesos, cerebro, hígado y riñones. Atraviesa la barrera placentaria. Puede persistir mucho tiempo, incluso años, en los tejidos antes de excretarse por la orina. Existe muy poca información sobre los efectos tóxicos en humanos. Los pacientes sometidos a diálisis, en que la sangre entra en contacto con superficies de aluminio, pueden sufrir efectos neurotóxicos.
Por el contrario, los estudios epidemiológicos sobre el uso de fármacos antiácidos no muestran una asociación con trastornos neurológicos. En cambio, parece ser que estos fármacos pueden causar en algunos casos cambios óseos esporádicos por trastornos en el metabolismo del fosfato.
Se ha apuntado que el aluminio está implicado en la etiología de la enfermedad de Alzheimer, junto con otras enfermedades degenerativas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no considera que la exposición al aluminio a través de la dieta constituya un riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
En animales de laboratorio sí que se constatan efectos neurológicos, renales y sobre el sistema reproductor masculino. También causa efectos embriotóxicos y sobre el desarrollo del sistema nervioso del feto.


El uso del aluminio como material en contacto con los alimentos y como aditivo alimentario.

El aluminio se usa ampliamente como material en contacto con los alimentos en maquinaria, envases y utensilios de cocina. Productos a base de cereales, verduras, bebidas y algunas leches adaptadas son los principales alimentos de la dieta que contribuyen a una mayor ingesta del aluminio. En condiciones normales, la migración del aluminio a los alimentos es poco importante, excepto en caso de que el alimento sea ácido como, por ejemplo, el puré de manzana, la salsa de tomate y los escabeches.


Como aditivo alimentario, están autorizados cinco grupos de compuestos:

  • sulfatos de aluminio
  • fosfatos de aluminio
  • silicatos de aluminio
  • succinato de aluminio
  • aluminio elemental

De acuerdo con el informe del JECFA, la distribución de la exposición al aluminio de todas las fuentes es la siguiente:

  • Presencia natural en los alimentos: 0,16 mg/kg/día.
  • Material en contacto con alimentos y utensilios de cocina: 0,1 mg/kg/día.
  • Aditivos: 0,01 mg/kg/día.
  • Agua para beber: 0,007 mg/kg/día.
  • Respecto a la exposición vía aditivo, el JECFA puso de relieve que son necesarios más datos para estimarla con precisión.

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