La medicina occidental recurre a medicamentos recetados agresivos y a cirugía con un alto costo para tratar muchos problemas relacionados con la toxicidad del cuerpo. Estos métodos generalmente tratan sólo los síntomas de toxicidad y no las causas subyacentes. Tan pronto como deja de consumir los medicamentos, los problemas regresan y estos medicamentos a menudo tienen efectos secundarios no deseados y peligrosos y generalmente algunos problemas terminan en cirugía.Por ejemplo, las migrañas son frecuentemente causadas por la concentración de toxinas en el cuerpo. La Amitriptilina, Desipramina y Doxepina son prescritos comúnmente para aliviar las migrañas. Sus efectos secundarios combinados incluyen visión borrosa, confusión, estreñimiento, mareo, somnolencia, boca seca, debilidad, fatiga, mayor apetito, debilidad y aumento de peso. En este caso, los efectos secundarios como el estreñimiento y el incremento del apetito aumentan el daño al tracto digestivo y fomentan una mayor concentración de toxinas y el agravamiento de los síntomas.
Otra condición relacionada con la toxicidad del cuerpo es la lenta evacuación intestinal. Comúnmente, se prescriben laxantes para el tratamiento. El Hidróxido de Magnesio es el ingrediente activo más común en los laxantes. Este químico NO elimina la acumulación de materia fecal, capa sólida de restos de proteína y minerales en las paredes del colon. Sólo licúa el contenido central de su intestino para producir deposiciones acuosas. Se sabe que recurrir durante mucho tiempo a éstos, debilita los músculos intestinales que sirven como motor para el sistema digestivo. Una vez más, esta teoría es contraproducente y empeora la condición que debería tratar.LOS AYUNOS Y LOS LAXANTES NO SON SUFICIENTES
Los ayunos le dan un descanso al sistema dando una sensación aparente de bienestar, pero esta es solo temporal. Los laxantes en cualquier forma, estimulan el movimiento de los intestinos, pero no desincrustan las paredes intestinales, y éstas rápidamente se vuelven a llenar de parásitos y bacterias. Además, los laxantes hacen que el organismo cada vez se haga más perezoso, que responda menos a tos estímulos naturales y, por lo tanto, que se cree un hábito y una dependencia viciosa.
El intestino grueso mide aproximadamente un metro y medio, y en toda su longitud va cumpliendo distintas funciones. En todo su largo, los vasos sanguíneos que rodean al intestino deberían de estar absorbiendo las substancias necesarias para el buen funcionamiento de las diferentes partes del cuerpo. La razón que muchos medicamentos se suministran en forma de supositorios es porque el recto está profusamente irrigado por el sistema sanguíneo y por lo tanto el medicamento se absorbe más rápidamente. Pero el colon tiene tantos residuos incrustados en sus paredes que muchos nutrientes no pueden pasar para ser absorbidos, y el resultado es un cansancio incomprensible, falta de energía, y desánimo para hacer cualquier cosa.
Esos depósitos aglutinados, sin embargo, se convierten en un medio propicio para parásitos y bacterias, que al pudrirse producen toxinas que sí pasan fácilmente a la sangre por encontrarse más cerca de la pared del intestino. Estas toxinas afectan directamente a las partes correspondientes según el microsistema del intestino grueso. Así por ejemplo, toxinas absorbidas cerca de la zona correspondiente a glándulas mamarias pueden afectar el sistema linfático de las mismas y producir nódulos o pequeñas bolitas duras. Se han visto muchos, muchos casos donde una buena limpieza intestinal elimina por completo este problema de mastites fibroquísticas.
La regularidad al evacuar, en ninguna forma indica que no haya depósitos putrefactos en las paredes del intestino. El hecho de que la materia pase por el centro no significa que no haya una gruesa capa de materia en descomposición ocasionando una enorme cantidad de problemas.
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